La Fundación Dr. Ivan Mañero lleva desde sus inicios, en 2007, luchando contra esta práctica en Guinea Bissau, un país de África Occidental donde la MGF afecta a un 50% de las niñas y mujeres de entre 4 y 49 años. Allí, trabaja desde diferentes vertientes, haciendo especial hincapié en la educación tanto de las niñas como de los niños.
Sin embargo, en 2012, ante la situación que vivían muchas mujeres en nuestro país, dedició crear un proyecto en España en el que la prevención, la formación de profesionales sanitarios, la sensibilización y la reconstrucción genital de mujeres que habían sufrido la MGF son los principales objetivos. Este proyecto nació en colaboración con las comadronas del ICS (Instituto Catalán de Salud) y el apoyo de la Fundación “la Caixa”, Caixabank y de IM CLINIC, en Sant Cugat del Vallés. Un proyecto que ha ido creciendo durante estos 8 años, pero que la Covid-19 hizo suspender en marzo y hasta este mes de noviembre no se ha podido reemprender.
RECONSTRUCCIÓN DE MUJERES QUE HAN SUFRIDO LA MGF
Uno de los pilares de este proyecto consiste en la reconstrucción gratuita de las mujeres que han sufrido la MGF. Son mujeres que sufrieron la ablación del clítoris y de los labios menores y que esta agresión les ha dejado graves secuelas tanto físicas como psicológicas. Durante el mes de noviembre se han reconstruido dos mujeres: una joven de 18 años originaria de Gambia y una mujer de 37 de Senegal. Ambas, ya muy recuperadas de la intervención recuerdan con gran angustia el momento de su mutilación y reconocen que la cirugía las ha hecho “volver a sentirme entera. Me arrebataron algo que nunca me debieron quitar”, reconoce la más joven.
La práctica de la MGF tiene terribles consecuencias para la salud de las niñas y mujeres que la sufren. En el momento que se practica (con cristales, cuchillos o con hojas de afeitar, entre otros instrumentos) y sin ningún tipo de medidas higiénicas, las complicaciones inmediatas más habituales son la muerte por shock neurogénico (producido por el dolor), hemorragia, tétanos, sepsis,… En los días siguientes a parte del dolor intenso, aparece retención de orina, llagas abiertas en la región genital, lesiones graves de los tejidos genitales. Cuando estas niñas se hacen mujeres, el dolor sigue persistiendo a lo largo de su vida, no sólo al tener relaciones sexuales, sino en el día a día. Pero además, puede aparecer infecciones de orina y vesicales recurrentes, quistes, esterilidad y graves complicaciones durante el parto. A todo ello hay que sumar la falta de placer sexual. Las dificultades emocionales que conllevan también son enormes.
El otro, es el empoderamiento de las mujeres que deciden someterse a una reconstrucción para recuperar su integridad. “Son muchas las mujeres que han acudido a la fundación solicitando la reconstrucción. Más de 130. Pero menos de un 20% acaban operándose. El resto sienten una presión tan grande de su entorno social, tanto en nuestro país como en su país de origen que hace que no den el paso, a pesar de desearlo”, explica Ruth Mañero, directora de la Fundación DrIM. En este sentido, “hemos visto que algunas de las mujeres que deciden reconstruirse y dar el paso se convierten en una referencia para otras mujeres, tanto aquí como en sus países de origen. Se vuelven activistas en contra de esta terrible práctica, son capaces de hablar de los problemas de la ablación con otras mujeres africanas, superando así el tabú. Por ello, creemos que ellas son las que deben liderar la lucha contra la MGF tanto aquí como en su país de origen”, asegura Mañero.
UNA PRÁCTICA PERSEGUIDA
La práctica de la ablación del clítoris y/o genitales es un delito perseguido tanto en España como en la mayoría de países africanos. Sin embrago, según el último estudio publicado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género del Ministerio de Igualdad (13/11/2020), se calcula que en la actualidad unas 3.600niñas que viven en nuestro país podrían estar en riesgo de sufrirla. Desde los servicios sociales y los cuerpos de seguridad se han creado protocolos que han demostrado su efectividad y se trabaja diariamente para prevenirla. Sin embargo, desde la Fundación Dr. Ivan Mañero se aboga por apoyar estas acciones con otras más informativas a las familias, la formación de personal sanitario y de bienestar social, así como el empoderamiento de las mujeres que, viviendo en nuestro país, se muestran en contra de la práctica de la MGF.